Protección del hogar de malos deseos y compañías

Ante extrañas presencias
En ocasiones, es interesante, si el ama de casa está sola y siente extrañas presencias en la cocina o el piso, encender una vela de color rosa, mejor en la cocina, y poner alrededor de ella cuatro puñados de sal. Alguna vez, si le sucede, no dude en hacerlo, el efecto es casi inmediato.

En la cocina
para el ambiente, así como platos colgados en las paredes.
Pensemos que casi todas las culturas tienen en común el tener algún plato y bandeja en la pared, y no se hace precisamente por simple estética, sino porque es tradición ancestral que estos platos colgados pueden confundir a los malos espíritus.

Ante la caída de la sal
Existe una extraña y antigua tradición según la cual si se nos cae la sal al suelo nos puede traer mala suerte. Para superar este mal paso, no pierda tiempo y de la manera más rápida posible, tire un poco de vinagre encima de la sal caída y seguidamente límpielo todo de manera contundente.

Protección del hogar de malos deseos y compañías
"Es interesante disponer en casa de una Cruz de Caravaca, que haya sido regalada por alguien, a poder ser un amigo. Esto nos protegerá el hogar de malos deseos y malas compañías.

Visitas inoportunas

Si un día una persona a la que a usted no le agrada llega a su casa y entra dentro, proceda, si lo desea de la siguiente manera:
Primero, con cualquier excusa diríjase un momento a la cocina, y tire en el suelo un puñado de sal, sobre la que pondrá la escoba boca arriba, de forma que la parte que limpia, quede en alto.
Seguidamente hable lo que sea necesario con dicha persona y cuando se vaya, si no queremos que vuelva más a nuestra casa, digamos y hagamos lo siguiente:
Cogeremos la escoba, la pondremos boca abajo, y barreremos la sal que anteriormente hemos tirado al suelo, mientras decimos en voz alta la siguiente letanía:
"De la misma manera que barro esta sal, tú... (decir nombre) a mi casa no has de volver pues ni te deseo bien ni mal".
Seguidamente recogeremos la sal y la echaremos por el lavabo, tras tirar abundantemente la cadena.